miércoles, 14 de diciembre de 2011

“La única vocación que tengo es la de ser feliz"


Eduardo González Viaña vino volando desde Estados Unidos, pero casi no aterriza en Trujillo por una conjura entre el clima nublado y la falta de gasolina.

–Eduardo, si mal no estoy enterado, tú te inicias muy joven en el mundo del periodismo…
–Claro, era cuando los periódicos, incluida La Industria, se hacían con linotipo y planchas de plomo. Yo, en La Unión de Pacasmayo, cuando tenía once años, era corrector de pruebas…

–¿¡A los once años eras corrector de pruebas!?
–(Risas) Sí, era de esos niños adelantados…

–¿Y qué te decía la gente mayor que trabajaba contigo?
–El director del periódico era gran amigo de mi papá y notó que tenía buena ortografía. Luego descubrí que La Unión de Pacasmayo era un periódico que se hacía como a principios del siglo XX, con correspondencias; llegaban cartas de todos los distritos de la provincia.

–O sea que tú sabías la vida y milagros de todo el valle…
–(Risas) Yo alteraba las cartas y entonces el corresponsal de Chepén se quejó porque resultaba que el cerro de esa localidad había aparecido una cosa milagrosa, entonces el director me dijo: “Eduardo, usted no debe ser sólo periodista, usted debe ser escritor” (risas).

“La dulcería es la mejor herencia de mi abuela"


Olga Cachi Sánchez es la propietaria de la actual dulcería ‘Doña Carmen’, de la octava cuadra del jirón San Martín. Su local ha endulzado los paladares de varias generaciones de trujillanos.

–Cuénteme, doña Olga, sé que la tradición familiar de los postres la inició su abuela en 1925…
–Desde antes de 1925 ya mi abuela tenía su pequeño negocio. Empezó con unas cuantas mesitas y luego, cuando ya tuvo bastante acogida, pensó en poner más sillas en su casa, porque aquí era la casa de ella.

–¡O sea que aquí siempre funcionó Doña Carmen!
–Sí, desde antes de 1925 atendemos en el mismo local.

–¿Y eso es una tradición para usted?
–Claro, pues, es una tradición y la mejor herencia que nos ha podido dejar mi abuela. Cuando fallece mi abuela, mi madre entra a administrar la tienda.