domingo, 22 de enero de 2012

El demiurgo del humor en la Lima de los setentas



A  Hugo Villasís Suárez lo 'vi' por primera vez descansando sobre una mesa junto a otros autores en una improvisada ‘feria del libro’, ubicada frente al coliseo Gran Chimú. Su nombre, escrito en caprichosas letras de molde, aparecía casi al borde de un libro color lúcuma en la que destacaba la figura típica de un callejón limeño de un solo caño: una sexy morena tendiendo la ropa, mientras su novio, un moreno fornido con pinta de faite, la resguardaba de brazos cruzados, ante la entusiasta mirada de un vivo del  barrio.

domingo, 1 de enero de 2012

“Yo nunca he sido amigo del colegio"



Francisco San Martín Baldwin –‘Paco’ para los amigos– es un ingeniero que estudió en Austria. Amigo de la ecología y enemigo de los grandes capitales, apoya a diversos sectores a través de una ONG.

–¿Cuál es el recuerdo más feliz que tienes de tu niñez?
–Creo que son los paseos que hacíamos los domingos con mi papá. Él era un hombre que le encantaba salir a la sierra, teníamos un carro con el que viajábamos mucho. Un año, incluso nos fuimos a vivir a Colombia.

–¡¿A Colombia?!
–Sí, fui cuando tenía cinco o seis años.

–¿Y qué hacían allá?
–Mi padre era médico y trabajaba para un organismo de las Naciones Unidas, lo destacaron allá durante un año y medio. Nos fuimos a vivir a Medellín, fue una experiencia linda, recuerdo que los niños colombianos me preguntaban dónde había aprendido a hablar castellano (risas).

–¿En serio?
–Claro, es que un niño de seis años que escucha a otro que habla un tono distinto piensa “este tipo no ha aprendido bien el español”. (risas)

–¿Y cómo fue tu experiencia escolar?
–Nosotros íbamos a un colegio muy lindo, que estaba en afuera de Medellín, en el campo, y era un método muy libre, muy libre..

–Era un método peripatético…
–Sí, sí, era un método muy libre porque tú tenías un pedazo de terreno y allí aprendías cómo las plantas iban evolucionando, sembrando la semilla y con un poco de agua.

–O sea que era una escuela medio ecológica…
–Sí, era una escuela abierta, te enseñaban muchas cosas, por ejemplo, yo hasta ahora sé hacer títeres…

–¿Y te enamoraste de alguna niñita colombiana?
–Nooo, eso no recuerdo (risas).