Su cinematográfico escape del centro de rehabilitación
de menores de Trujillo atrajo los reflectores de toda la prensa nacional. ‘Gringasho’,
el presunto sicario de 17 años, había fugado espectacularmente de la ex
Floresta, en medio de disparos y su paradero era un misterio para las
autoridades. Mientras tanto, los diarios populares alimentaban la leyenda del
menor con cara de niño al que se le atribuían varios asesinatos a sangre fría.
Y quizá el tristemente célebre delincuente juvenil hubiera seguido gozando de
su libertad, si no fuera por las fuerzas indomables del amor. El muchacho, no
dudó un instante en viajar a Lima para reencontrarse con Jazmín Marquina Cáceres,
una guapa estudiante universitaria con la que mantenía una relación sentimental.