lunes, 15 de noviembre de 2010

“Yo voy a morir haciendo reír al Perú”


Nestor Quintero ha cumplido 50 años en el mundo del humor. Hace tres años que no se presenta en Trujillo. Llegó a nuestra ciudad para dar sus charlas de risoterapia a la Policía. Mr. Hyde puso a prueba su temperamento.

–Don Nestor, cincuenta años en el mundo de la comicidad no se cumplen todos los días. ¿Cuál es el secreto para mantenerse en vigencia?
–Bueno, Dios me puso en este mundo con la sapiencia de hacer reír al Perú y América. La Biblia dice: “envejece y muere en lo que te gusta” y así voy a morir yo, haciendo reír al país, porque la risa es un don. La persona que se ríe hace sentir mejor al prójimo, mejora sus órganos, el hígado, el páncreas…
–Sin embargo, a nivel nacional y en Trujillo, particularmente, no hemos sabido mucho de usted últimamente…
–He estado trabajando fuera del país y difundiendo mis productos, siempre he tenido ganas de regresar a Trujillo, pero no he tenido la conexión. Yo, a mis 73 años, me siento fuerte; se arruga la piel, pero el corazón sigue joven para producir risa, porque yo me debo a hacer reír.

 –¿Y qué hace en Estados Unidos?
–Lo que no hago acá (risas), actúo en locales colombianos, peruanos, mexicanos, me aboco a actuar en la comunidad latina porque…¿quién no conoce a un argentino cuando habla? (improvisa el dejo gaucho) ¡Mirá, lo que hiciste, boludo!, así me engancho con el público. Y esto se debe también a que mi hijo vive en Delaware, y de allí me voy a Texas, y de allí a otras localidades.

 –¡Es un trajín intenso!
–Sí, pero a mí me hace bien trabajar en esto, porque cuando la gente se ríe ¡jaaaaaaa! es una gran satisfacción. Yo quisiera reírme así, pero bueno, me encuentro con otros humoristas latinoamericanos y es bueno ese compartir.

–¿Extraña los escenarios peruanos?
–Sí, bastante, pero ya me he hecho un colchoncito, ¿cuál es? Mis charlas de risoterapia, me levanto temprano a las 6:30 de la mañana, me voy a las sedes policiales, les hablo a los policías de lo importante que es reír y olvidarse de los problemas, les cuento unos chistecitos y les vendo mis CDs. No me compran todos, pero de 50 por lo menos compran 30. Y a un costo cómodo.

–También se ha alejado bastante de las pantallas de televisión…
–Es que ahora funciona mucho la mariconada, los tortazos, entonces no me gusta eso…es una época donde están Beto Ortiz, Carlos Cacho, La chola Chabuca y tantos maricas que están en la televisión. Además yo no necesito eso porque la gente me reconoce en las calles, aquí mismo en Trujillo, la gente pregunta: ¡dónde va a ser el show! Y ése es el mejor reconocimiento.

–Diría que la televisión que se hacía en su época ha cambiado mucho…
–La televisión ha cambiado la forma de pensar de esta generación. Y lo digo porque antes había humoristas de la calidad de Alex Valle, del jefecito Antonio Salim, era un cómico muy fino, un master, ahora si no dices una grosería no es chiste.

 –¿Y el peruano en general tiene humor o vive un poco amargado?
–No, el peruano tiene bastante humor, le gusta escuchar sus chistes y pasarla bien.

–¿Y de dónde saca usted la inspiración para contar sus interminables chistes?
–Yo hice mi creatividad en chistes y me los han copiado en todas partes…a mí nunca me invitaron a Risas y Salsas, jamás. A pesar de que todos repetían mis chistes que yo traía del extranjero, alguno de Selecciones y otros de programas internacionales que yo veía, cositas así que yo veía, las capturaba y les daba su toque especial.

–Además que usted es un gran imitador…
–Imitador de voces, claro, por ejemplo, ‘el patito’, lo pasaba Panamericana todas las semanas, son chistes de calidad, yo siempre me acuerdo de un chiste (lo cuenta): “Lulú, Lúlu, ¿tomas vino? No, porque me hace mal a las piernas. ¿Se te hinchan? Noooooo, se me abren. (risas) .
 –¿Y cómo así entra al mundo del humor?
–En el colegio ya imitaba a los compañeros, a los profesores, pasaron muchos años y un padrino me llevó a las puertas de un teatro de revistas. Y en esa época era bien bravo, si no le gustabas al público te gritaban: ¡fuera!, te pifiaban. Pero igual subí al escenario y comencé a imitar a los locutores de esa época, tuve la bendición de que todo salió muy bien, me aplaudieron bastante. Y hablando de eso, ahora estoy tras el reconocimiento del Congreso a ver si me dan la pensión de gracia.

–¿Tiene usted una cábala antes de salir al escenario?
–Siempre oro, creo mucho en Dios, nuestro Señor, y luego canto, levanto los ojos, pienso en la imagen de Jesús y la virgen y doy gracias. He logrado reconocimientos y un billetito que junté. Y ya me lo gasté también. (risas)

–¿Cuántas producciones en audio y video tiene desde que se inició?
–Tengo 41 producciones en mi haber.

–¿Y las guarda todos?
–Sí tengo, tengo, pero algunas están en disco de carbón, otras están en casete y otras están en DVD.



–Tiene 73 años, ¿qué más espera de la vida?

–Espero seguir avanzando, envejecer con lo que me gusta y darle gracias a Dios porque me ha brindado esa fuerza para seguir trabajando por el humor.

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