domingo, 30 de enero de 2011


Ya es parte del paisaje urbano de la ciudad. Aborrecido por muchos, ninguneado por otros, celebrado por algunos, Carlos Felipe Burgos, seguirá diciendo que es un extraterrestre superior. –Tú aseguras que eres un extraterrestre de la galaxia Manifut, sin embargo tu partida de nacimiento indica que naciste en Machaytambo, en la sierra liberteña. ¿Cómo explicas esta contradicción?
–Es muy sencillo, llegué en el polvo galáctico, no como todos los terrícolas quisieran verme, llegar como un hombre en un aparato extraterrestre. Todo hombre que diga que es extraterrestre es porque ha venido en la mínima parte de la energía cósmica.



–¿Qué recuerdas de tu infancia en Machaytambo?, un lugar pobre…

–Tú dices pobre, la pobreza es relativa. Por ejemplo, yo te diría, para mí los políticos son pobres. Puntos suspensivos, no quiero ir más allá…se llenan de dinero, pero eso no significa bienestar personal y el hombre no debe buscarlo como tanto…imbécil,¡pon lo que digo si no la entrevista no tiene razón de ser!



–Ya, pero tú te vas por las ramas y no contestas las preguntas en forma precisa. Yo te he preguntado qué recuerdas de tu infancia en Machaytambo…

–Cuando yo tenía la edad de cinco años, yo pastaba mi huacho que se llama Wiles…



–¿Cómo?

–Wiles, yo así recuerdo, no sé, posiblemente mi padre le puso ese nombre. Esa niñez fue enorme, grande, tan grande que yo lo llevo en mi Trime –no digo mente, porque es una palabra hueca–, posiblemente allí tuvo eso que se llama felicidad. Ahora, de viejo tengo plata, he viajado por todo el mundo, viendo tanto terrícola, gusano sin cabeza…



–¿Y en qué momento llegas aquí a Trujillo?

–(Carraspea) Estuve como cinco años en Otuzco, donde hice mis primeros estudios de primaria y luego llegué a Trujillo, a los ocho años, creo. Estudié en el colegio 241, donde el director me estimaba mucho, decía que era el alumno más brillante de ese entonces. Se apellidaba Castillo, era un hombre flaco, de pelo blanco, muy inteligente y armonioso en sus actos cotidianos.



–Antes de llamarte filósofo, echlogo, o lo que te quieras llamar, incursionaste en la música, fuiste cantante…

–Bueno, mira, yo filósofo ya vengo desde mi galaxia y…



–¡Pero no te he preguntando eso!…

–(Risas) Ya, sí, yo entré al conservatorio y estudié canto, música, y bueno, allí me destruyeron mi voz…
 –¿Cómo así?

–Eh, habían varios profesores de canto, pero ya yo cantaba desde la infancia canciones que le escuchaba a mi madre, tal vez era el arrullo…



–Pero, ¡¿por qué dices que te malograron la voz?!

–Hubo un profesor llamado Luis Fernández y Fernández, quien me enseñó más tiempo canto y hubo también un profesor llamado Picatoste –¡ese Picatoste sí que era terrible!–; esos profesores me decían “tienes que impostar la voz”, ¡y yo no entendía esa palabra!, pero después me di cuenta de que no es impostar, sino fonosializar la voz, pero yo ya tenía educada la voz, y cuando estudié en la escuela ésta, me destruyeron la voz.



–Me contaste que un profesor alemán te corrigió la voz…

–A eso voy. Viajé a México y allí encontré un profesor alemán, Frank Emberg, que me pidió cantar Di Provenza y al escucharla me dijo: “¡uy, la destrozas, la matas a la obra tan bella, tan sutil que es”. Me dijo que no sabía utilizar la vocalización, en conclusión en tres meses me corrigieron la voz…

 –¿Es verdad que actuaste en la telenovela ‘Natacha’?

–Así es, ‘Natacha’ fue mi primera actuación. Se presentaron como 24 personas al casting, y me escogieron a mí para el papel. Hice el papel de Carlos: el malo, el delincuente, el corrupto ¡e hice muy bien mi papel!, muy interesante.



–¿Actuaste con Lupita Ferrer?

–Sí, en la novela ‘Guaricha’, que es la mujer de campo, era el enamorado de…de…¿cuál es la pregunta? (risas).



–Tú has afirmado a las cuatro vientos que has tenido mil quinientas mujeres…

–Bueno, ahora ya ponle dos mil…

–¡Dos mil! ¿Y cuál es el secreto?
–El secreto es decirle a la mujer: “mira, eres bella, eres bonita, tienes bonito cuerpo, eres inteligente, tengo mucho dinero” y…ellas, desgraciadamente, se las creen.



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