martes, 11 de mayo de 2010

La Nona, esa vieja comelona, llegó a Trujillo


Imagínese que tiene en casa una abuela de apetito insaciable. Que lo primero que piensa al levantarse es en arrasar con todo lo que esté disponible en su refrigeradora. Que es tal su voracidad que está llevando a la ruina económica a su pobre familia de clase media. ¿Qué haría?

Ése es el tema, aparentemente absurdo, de La Nona, obra teatral que fue estrenada el jueves pasado en el Teatro Municipal por Francisco ‘Packo’ Tello Molina y un destacado grupo de actores trujillanos.


La Nona es una obra del dramaturgo argentino Roberto Cossa, estrenada en 1977, con gran éxito de público y de la crítica. Incluso, fue llevada al cine tanto en Argentina como en España.


Packo Tello, quien ha reactivado en nuestra ciudad la Asociación Cultural Guiñol, asumió el reto de llevar al público trujillano esta importante puesta en escena.


Para ello reunió un grupo de destacados actores locales y –libreto en mano– ensayaron durante tres meses para darle la calidad que requiere a este montaje.


El resultado ha sido notable. Empezando por la cuidada escenografía que traslada al espectador al comedor de una familia de ascendencia italiana, y donde tendrán lugar todas las acciones dramáticas de esta historia.


Personajes de lujo
La interpretación de los actores es otro de los puntos fuertes de la obra. Alicia Fonseca Jones sorprende con su reentré a las tablas después de 15 años de ausencia. Es una Anyula (hermana de María e hija de La Nona) convincente, un personaje que lleva el peso dramático de la obra. Es la mujer sufrida que no pudo alcanzar el amor, pero que sin embargo se desvive por esa familia disfuncional y atormentada.


José Noriega Morales encarna con éxito el papel de Chicho, el hermano zángano que abomina el trabajo y cuyos escrúpulos no se detienen con tal de mantener su cómodo Status Quo. Su desparpajo y logrado cinismo despiertan en el público sonoras carcajadas que rompen el hilo dramático del texto.


Nicole Bocanegra Morales interpreta a Martita, la liberal joven, hija del matrimonio de Carmelo y María. Su desempeño actoral es eficiente y cumple con mostrar la progresiva decadencia de un grupo familiar, que se hace el de la vista gorda a los sospechosos trabajos nocturnos de la joven.


Por su parte, Cinthya Díaz Burgos destaca como María, la abnegada madre de familia que tiene que soportar estoicamente el desmoronamiento de su núcleo familiar y especialmente el de su esposo, que recurre cada vez más a la bebida para sobrellevar su frustración.


Precisamente, Carmelo, el laborioso jefe de familia, está interpretado por el actor Antonio Salinas, quien demuestra su solvencia en el oficio, con un personaje que va camino al colapso físico y moral.


Fernando Bacilio Siguenza construye un acertado Don Francisco, el otoñal y patético tendero que procura el amor de la joven hija del matrimonio, pero que por interés termina casándose con La Nona, sin avizorar el trágico destino que le espera.


Pero quien se lleva largamente las palmas por su notable actuación es, sin duda, Omar Tello Horna, hijo del director. Éste le imprime a La Nona las características físicas y sicológicas que provocan rechazo, asco e hilaridad entre los asistentes. Y es que la arquitectura de su personaje es perfecto: su voz de graznido, su figura encorvada, su malhumor, su dominio de la familia y su desesperación, además, claro, de su pantagruélico apetito, logran un personaje impecable que termina por atrapar a la audiencia.


Ésa es la fortaleza del teatro: crear un mundo ficticio en el cual los actores, encarnando a diferentes personajes, nos transporten a realidades diferentes que nos hacen reír, reflexionar o emocionar.


Eso es, precisamente, lo que ha logrado Francisco ‘Packo’ Tello Molina con esta producción.


1 comentario:

  1. Interesante obra, muy entretenida y a la vez deja esa sensacion de "que sucedera después",,,la recomiendo.

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