domingo, 27 de diciembre de 2009

Lo juro: ése no soy yo




El sonido del celular interrumpe mi viaje imaginario a Londres (estaba leyendo el último número de Traveler) y me regresa directo y sin escalas a la villa truxillense. Miro de reojo la pantalla del aparato y veo que es el número del jefe de redacción del diario donde laboro. Análisis de consecuencias: contesto en mi día libre o sigo leyendo la revista. Decido contestar. Al otro lado, la voz de mi interlocutor suena entre divertida y preocupada.

–Oye, Lucho, me ha llegado un correo tuyo…seguro que no lo has escrito tú, pero…je,je…tiene un mensaje obsceno.


Mis alarmas internas suenan, lo que se viene seguramente no es nada bueno. Me pide la confirmación de mi correo y coincide con la del remitente. Oppss, aparentemente YO he escrito un mail calentón a un compañero de trabajo. Esto ya me comienza a preocupar. Le pido, sólo por curiosidad, que me diga cuál es el mensaje.
Para qué pregunté:


hola papito rico sábes que me gustas, quisiera que me des una vuelta en tu auto. (sic)

Uy, chicha. Lo primero que hago es asegurarle que obviamente no he sido yo el autor de tan poético mensaje, que seguramente algún enemigo íntimo ha hackeado mi correo y le ha enviado la nota de marras. Se ríe y medio en broma, me dice que le he quitado una preocupación de encima.


Pronto, otro pensamiento aterrador me invade: ¿Y si el bromista ha enviado mensajes similares a la mayoría de mis contactos? Glup. Corriendo, enciendo mi laptop y chequeo la parte de enviados. Otros tres contactos, también colegas del diario, han recibido mensajes similares, cada cual más pornográfico y desinhibido que el otro. Lo más paradójico es que, al parecer, uno de ellos se ha creído el cuento y me responde en forma similar, haciendo gala de lo bien que lo ha dotado la naturaleza para estos fines. Le mando un estatequieto y un arsenal de improperios para que se deje de estupideces. Que no estoy de humor, joder (como dirían los españoles).


El paso dos es mandarles un forward advirtiéndoles que los mensajes son apócrifos. Figura mi mail, pero no soy yo. Es un alter ego que se ha infiltrado en la red para mellar mi reputación más de lo que yo mismo lo hago todos los días. Que mi Némesis no tiene clase, estilo ni menos glamour. Que tilda donde no debe. Y que las notas están pésimamente escritas.

El tercer paso fue cambiar la clave de mi correo, haciéndola tan críptica, que temo que se me vaya a olvidar en cualquier momento.


Superadas estas fases, reviso mi manual de Sherlock Holmes para tratar de resolver el misterio. La primera conclusión que saco es que el perpetrador de estos correos apócrifos es evidentemente es una persona que trabaja en el diario, pues conoce no sólo los cargos sino también las particularidades de los destinatarios (el detalle del auto, por ejemplo).
Segundo: el mensaje fue escrito el día sábado 26 a las 00:50 horas, lo que reduce las variables para ubicar al enemigo íntimo.
Tercero: Teniendo los datos, y con la alta tecnología peruviana es posible dar con los responsables de tan lamentable hecho.
Cuarto: Las autoridades están notificadas, por lo que estos facinerosos de la web tienen las horas contadas.


Epílogo
Viendo las cosas en perspectiva, he llegado a importantes conclusiones:
1. Agradecer al hacker por darme tema para escribir en mi blog.
2. Cuando escribas un mail, tapa la clave, espanta a los curiosos y muéstrale los dientes.
3. Que tu clave de hotmail sea más tranca que la clase de trigonometría en el cole.
4. Si alguien escribe mensajes por ti, tranquilo, no necesariamente sufres de doble personalidad.
5. Si te llega a suceder algo similar, demuestra con hechos, cifras y fuentes que lo que han dicho sobre ti no es cierto. Si es cierto, más bien agradece al hacker.
6. Tómalo con soda y sácale provecho, no te enfurezcas ni te des de cabezazos contra la pared: no hay nada que haga más feliz a tu enemigo.











2 comentarios:

  1. Vientos huracanados corren por Barcelona, el pronóstico del tiempo no dijo nada de eso. Ahora que veo mi google personalizado, dice lo sgte.: Viento 48 km/h. No saldré a la calle por miedo a salir volando y aparecer en Portugal pero me quedaré leyendo tus posts Luchito que me entretienen y mucho.

    Un abrazo

    Valery

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  2. Miguel Patiño Bottino4 de enero de 2010, 12:38

    ¿Y dónde está el “mensaje obsceno”, Lucho? Decirte “papito rico” y pedirte que le “des vuelta” en el auto es de kindergarten. Calculo que el puritano jefe de informaciones era César Clavijo, ¿di? Yo creo que tu correo era más bien un virus autoenviado. Guarda con abrirlo porque se mete un gusano. Y esto tampoco es obsceno. Saluti!!

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